La vacuna se desarrolló a lo largo de la historia y no empezó en el momento preciso en el que se creó la primera vacuna de Edward Jenner.
Edward Jenner fue quien descubrió que la viruela vacuna combatía a la viruela común.
Jenner extrajo material de las pústulas de viruela de vaca para proteger a los humanos de la viruela, pero para llegar a ello, antes hubieron enfermedades humanas infecciosas que necesitaron atención.
Nos remontamos a la China antigua, donde ya empleaban en el año 1000 d.C. la inoculación de viruela o virulación como se le llama al proceso de inocular material extraído de la misma. En África y Turquía, también se practicaba esto y se extendió a Europa y América posteriormente.
Edward Jenner, empezó en 1796 a usar con éxito el material de la viruela para la inmunidad de la misma enfermedad en humanos. El método sufrió cambios en el camino en los posteriores 200 años, hasta la erradicación de la viruela humana.
La siguiente vacuna fue la de la rabia de Louis Pasteur, quien en 1885 provocó un gran efecto en las enfermedades humanas. Luego de esto hubo un mayor desarrollo con el inicio de la bateriología, creando antitoxinas y vacunas contra el tétanos, ántrax, difteria, cólera, tifoidea, plaga y tuberculosis, hasta el año 1930.
En la mitad del siglo XX, la investigación fue muy activa, los métodos para el desarrollo del virus en el laboratorio hicieron grandes descubrimientos, como la creación de la vacuna contra la polio y otras enfermedades comunes, como sarampión, paperas y rubéola.
Origen de las vacunas y el nombre
Edward Jenner fue quien en 1796 observó que las recolectoras de leche obtenían ocasionalmente una “viruela de vaca” o “viruela vacuna“, ya que tenían un contacto continuo con estos animales y luego quedaban a salvo de contraer la viruela común.
La viruela vacuna es una leve variante de la mortífera viruela en humanos, conociendo los casos de inoculación, Jenner hizo de la viruela vacuna una inyección que nutrió con la viruela vacuna de la mano de la granjera Sarah Nelmes.
Ese fluido lo insertó a través de una inyección en el brazo de un niño de ocho años, James Phipps, mostrando síntomas de mejoría tras la infección. Cuarenta y ocho días después, se había recuperado completamente, así que el doctor Jenner le volvió a inyectar la infección de viruela humana, pero no mostró ningún signo de enfermedad.
