Unas 300 toneladas de agua muy radiactiva se han fugado de tanque, informó operadora de la central nuclear de Fukushima. A última hora del 20 de agosto, operarios de la planta hallaron unos charcos de agua contaminada junto a los tanques que se usan para almacenar el líquido empleado como refrigerante para los reactores de la planta.
La operadora de la central nuclear de Fukushima dijo hoy que 300 toneladas de agua muy radiactiva se han fugado de un tanque, lo que supone un problema adicional para contener el gran volumen de líquido contaminado que se acumula a diario en la planta. Aunque en un principio se pensó en una fuga de unos 120 litros, representantes de Tokyo Electric Power (TEPCO), dueña de la planta, explicaron hoy que la filtración es mucho mayor y equivale a unas tres toneladas, cantidad que podría aumentar en las próximas horas ya que la fuga aún no se ha sellado.
La empresa calculó el volumen de agua filtrada tras detectar que el nivel de la misma dentro de uno de los tanques había descendido esta mañana tres metros con respecto a la víspera. Sin embargo, aún no ha logrado establecer si la filtración se produce en el propio tanque o en conducciones emparejadas al mismo. La eléctrica también admitió que en el agua vertida ha detectado materiales, como el estroncio-90, que emiten radiación beta, con una lectura extremadamente alta de 80 millones de becquereles por litro.
Aunque la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) ha mostrado su preocupación por que el agua haya podido llegar hasta el océano a través de un sumidero cercano, TEPCO ha asegurado que al analizar el desagüe no ha detectado niveles de radiación que indiquen que el líquido ha fluido por ahí. No obstante, la operadora se comprometió a seguir investigando, tal y como aseguró su portavoz, Masayuki Ono, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
La central cuenta con capacidad para acumular en cerca de 1.000 tanques al menos unas 300.000 toneladas del agua que hace circular por el circuito de refrigeración empleado para mantener fríos los reactores nucleares. La fuga recién detectada en estos tanques se suma al problema de la acumulación de agua contaminada en los sótanos de los edificios de los reactores, que aumenta en cerca de 400 toneladas diarias y supone el principal desafío de cara a desmantelar de manera segura la central, golpeada por el terremoto y tsunami de marzo de 2011.
Esa acumulación es producto del líquido utilizado para refrigerar las unidades, que se filtra en parte a los sótanos, y de los acuíferos subterráneos de las zonas colindantes, que también penetran en los edificios. El pasado 7 de agosto el Gobierno japonés alertó de que unas 300 toneladas de ese agua se vierten a diario al mar al filtrarse desde estos sótanos, mientras TEPCO ha tomado medidas como las de construir un muro aislante bajo tierra, algo que no ha resultado del todo eficaz, o extraer el líquido mediante bombeo.
También espera tener listo esta semana un nuevo mecanismo formado por cerca de 30 tuberías instaladas junto a la costa con el que espera extraer del subsuelo hasta 100 toneladas diarias de líquido contaminado. Además, ayudado por el Gobierno, que ante la gravedad del problema ha optado por involucrarse a nivel logístico y financiero, baraja otras soluciones como la de verter al océano agua con bajos niveles de radiación o congelar el subsuelo alrededor de los reactores para crear un muro que bloquee el paso del agua.
El accidente en la planta de Fukushima, el peor desde el de Chernóbil en 1986, ha forzado a desplazarse a miles de personas que vivían junto a la central y sus emisiones han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.
Piden ayuda al extanjero
El vicepresidente de la operadora de la planta nuclear de Fukushima, Zengo Aizawa pedió ayuda internacional para contener la fuga de agua radioactiva. Reconoció finalmente que necesitarán ayuda extranjera para solucionar el problema de la fuga de aguas radioactivas. Después de tratar de controlar internamente la fuga de agua durante los últimos 18 meses, en una conferencia de prensa en Tokio dijo que “vamos a modernizar la gestión del agua contaminada para abordar la cuestión de la planta Fukushima Dai-Ichi, y buscar expertos dentro y fuera del país”. Agregó que “hay mucha experiencia en desmantelamiento de reactores fuera de Japón. Necesitamos estos conocimientos y este apoyo”.
El nivel de su toxicidad es extremadamente alto, unos 80 millones de bequerelios por litro, cuando la norma es de 150 bequerelios. Los índices de tritio en el agua de la bahía cerca de la planta nuclear ya son los más altos en la historia de las mediciones, ascienden a cuatro mil 700 bequerelios de tritio por litro. Por lo que la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA, por sus siglas en inglés) calificó a la fuga como “incidente grave”. Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aseguró, luego de conocerse la fuga, que estaba dispuesto a prestar ayuda a Japón en caso de que el país lo solicitara.
Autoridades de Japón informaron, luego de un estudio sobre el impacto de las radiaciones a unas 200 mil personas que residen cerca de la central nuclear, que otros niños han desarrollado cáncer de tiroides luego del accidente ocurrido en la central nuclear, en este caso se trata de 18 infantes. El número de cánceres comprobados es seis más que en el anterior informe, en junio pasado, realizado con menos personas. El número de casos sospechosos pasa de 15 a 25.
Expertos en el tema nuclear sostienen que en erradicar el impacto de la catástrofe de Fukushima se podría tardar entre cuatro décadas y un siglo. Recordemos que la planta de Fukushima resultó seriamente afectada por el terremoto y posterior tsunami que sacudió Japón el 11 de marzo de 2011 y significó el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil, Ucrania, en 1986.
Otros hechos alarmantes luego del incidente
TEPCO agregó que debido a que el tanque se encuentra aproximadamente a 100 metros (330 pies) de la costa, la fuga no representa una amenaza inmediata para el mar, pero Hideka Morimoto, un vocero para la agencia de control nuclear de Japón, dijo que el agua podría llegar al mar a través de un desagüe de alcantarilla.
Otros cuatro tanques con el mismo diseño han tenido fugas similares desde el año pasado. Los incidentes han afectado la confianza sobre la fiabilidad de cientos de tanques que resultan cruciales para almacenar el que ha sido un flujo interminable de agua contaminada. “Estamos extremadamente preocupados”, dijo Morimoto a los reporteros. Exhortó a TEPCO a determinar con rapidez la causa de la fuga y su posible efecto en las plantas tratadoras de aguas.
El vocero de TEPCO, Masayuki Ono, dijo que el agua se filtró al suelo después de atravesar una barrera hecha con sacos de arena adicional a la barrera de concreto alrededor del tanque. Los trabajadores estaban bombeando el agua encharcada y la del tanque para transferirla a otros contenedores, en un desesperado intento por evitar que se filtre al mar ante las fuertes lluvias pronosticadas para el día alrededor de Fukushima. Para el martes por la tarde se habían recuperado sólo cerca de cuatro toneladas (1.000 galones), de acuerdo con Ono.
El nivel de radiación del agua, medida a unos 50 centímetros (dos pies) por encima del charco, es de casi 100 milisieverts por hora, el máximo nivel de exposición acumulado permitido para los trabajadores de la planta durante cinco años, informó Ono. Con base en un cálculo preliminar, la agencia de control definió la figa como un incidente de nivel 1, el segundo más bajo de los ocho que conforman la Escala Internacional de Accidentes Nucleares.
La planta sufrió varias fusiones luego del terremoto y tsunami de marzo de 2011 en Japón. El agua contaminada de otras partes de la planta también se ha filtrado al océano. Cientos de tanques se construyeron alrededor de la planta para almacenar enormes cantidades de agua contaminada que salía de tres reactores fusionados y del agua subterránea que corría hacia sótanos de reactor y turbinas. Sin embargo, el agua contaminada que TEPCO no ha logrado contener sigue llegando al Océano Pacífico a un ritmo de cientos de toneladas al día. Mucha de esa agua es agua subterránea que se ha mezclado con agua radiactiva no tratada en la planta.
Ono dijo que la fuga más reciente fue la peor proveniente de un tanque en términos de volumen. Los cuatro casos previos involucraron fugas de hasta 10 litros (2,5 galones). Informó que los tanques que han tenido fugas tenían uniones de goma y se supone que durarían cinco años. El vocero agregó que la empresa planea construir más tanques con uniones soldadas que son más resistentes herméticas. “No tenemos más opción que seguir construyendo tanques, o no habrá lugar para almacenar el agua contaminada”, señaló.
El agua contaminada es reciclada como agua para enfriar el reactor, pero su volumen aumenta por 400 toneladas (105.000 galones) al día por la entrada de agua subterránea. TEPCO planea garantizar instalaciones de almacenaje capaces de retener 800.000 toneladas (210 millones de galones) más de agua para 2015.