El creador del fusil del que estamos hablando es Mijaíl Kaláshnikov, inventor del AK 47 popular en las fuerzas armadas. Pues antes de su muerte escribió una carta en la que le pregunta al líder de la iglesia ortodoxa rusa si se le puede culpar por las muertes causadas por el arma.
El creador de “La marca rusa que enorgullece a la nación”, escribió en su carta: “El dolor en mi alma es insoportable. Siempre me hago la misma pregunta sin solución: si mi fusil de asalto causó muertes eso significa que yo, Mijaíl Kaláshnikov, soy responsable de la muerte de personas”.
En una considerable agonía, Kaláshnikov continúa: “Entre más vivo, más a menudo se me presenta esa pregunta, entre más pienso, me pregunto por qué el Todopoderoso permite a los hombres tener diabólicos deseos de envidia, avaricia y agresión”.
Pero el líder de la iglesia ortodoxa no lo condenó, al contrario, lo elogió diciendo: “Si el arma se usa para defender a la madre patria, la Iglesia apoya tanto a su creador como a los soldados que la utilizan”.
Sin embargo quedan sus declaraciones anteriores en las que habría dicho que “dormía bien” y que estaba contento de haber hecho un arma para defender a su país sin que se le culpara de las muertes por acciones de otras personas. “Es a los políticos a quienes se debe culpar por no llegar a acuerdos que eviten la violencia”, dijo Kaláshnikov en el 2007.
El AK 47, acrónimo de Automat Kalashnikova modelo 1947 es un fusil de asalto soviético, de calibre 7,62x39mm, diseñado en 1942 por Mijail Kalashnikov, combatiente ruso durante la Segunda Guerra Mundial. Convertido en el rifle oficial de la URSS entre 1947 y 1978, actualmente es el arma de fuego más utilizada del mundo. En 1949 el Ejército Rojo lo adoptó como arma principal de la infantería, sustituyendo al subfusil PPSh-41, aunque no fue hasta 1954 cuando entró en servicio a gran escala. Posteriormente fue elegida por los países del bloque oriental en el Pacto de Varsovia como arma reglamentaria para sus ejércitos durante la Guerra Fría.