Separadas por miles de kilómetros, Camboya y Guatemala están divididas por un océano, pero eso no evitó que sus civilizaciones que existieron hace miles de años compartieran muchas similitudes en sus pirámides o zigurats, como mostraremos a continuación.
Templo Baksei Chamkrong y el templo maya de las Máscaras
Un zigurat, era un templo de la antigua Mesopotamia, que tenía la forma de una pirámide escalonada.
El templo Baksei Chamkrong está fechado entre el 9 y 13 d.C. con la construcción de Baksei y docenas de otros templos y complejos religiosos. Su similitud con el templo de las Máscaras, ubicado en Guatemala, es notoria: 3 niveles, una cúpula, una sola entrada al templo y escaleras frontales; además que ambos eran templos religiosos. Las dos pirámides tienen un paso pequeño alrededor de la puerta casi al finalizar las escaleras.
Similitudes físicas
Si aquellas pirámides comparten rasgos símiles, las esculturas de rostros refuerzan más la idea de que los habitantes del antiguo Angkor y los mayas compartían la misma información. Para los arqueólogos, estas formaciones aunque se desarrollaron paralelamente, se construyeron bajo los mismos principios arquitectónicos y con las mismas técnicas de tallado que involucran las mismas herramientas y el mismo conocimiento.
El período de oro de la región de Angkor en Camboya fue después del año 800 d.C. y el de la civilización maya fue entre el 200 y 900 d.C., es decir, ambas civilizaciones son de los mismos años, elaboraron estas esculturas al mismo tiempo.
Las momias suramericanas y las sumerias
En Lima, Perú, se encontraron las momias del pueblo wari, una de las civilizaciones incas de esta región sudamericana. Se extrajeron de una pirámide máscaras de ojos azules y momias envueltas en 6 capas de lana, más agujas y otros materiales textiles.
El anterior ritual era el mismo que se usaba en la civilización sumeria, la heredera del Egipto de donde son más conocidas las momias. Los ojos azules eran el distintivo de los aristocratas y poderosos, ya que representaba a los dioses mismos.
La siguiente imagen también hace comparaciones entre las culturas de Indonesia, México y Egipto, principalmente a la etnia balinesa donde se compara una figura zoomorfa de esa región con la civilización maya, además de los zigurats respectivos.
Isis, una diosa Anunnaki que fue venerada en Egipto, se parece a una representación de un dios de la cultura que habitó Ecuador, en América del Sur. Las similitudes son abismales, como si se tratara de la misma diosa Isis en la civilización precolombina.
La división de la humanidad
La historia sitúa a la civilización Sumeria como la primera gran sociedad del mundo. Las tablillas de esta civilización dieron el origen de las creencias que se ubicaron en la Biblia cristiana de King James. Uno de los grandes pasajes religiosos de los sumerios habla sobre la “división de la tierra” entre las facciones Anunnaki, oseas sus dioses. Esta separación se dio entre dos clanes Anunnaki guiados por dos hermanastros y rivales políticos, Enki y Enlil, hijos de Anu, el rey de su planeta, el décimo de nuestro sistema solar llamado Nibiru, de donde provenían los Anunnakis a la tierra “montados en naves espaciales”.
Enlil tomó el Edén Bíblico, en el este antiguo, Enki se fundó en África, para dominarlo por completo, donde Egipto se convirtió en su principal dominio, muy a menudo llamado serpentino.
Con la división de la humanidad sucedía un fenómeno interesante, que para ser explicado es mejor acercarse al Génesis de la Biblia, la cual agregó este texto de la creación basado en las tablillas sumerias.
“Ahora, pues, descendamos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero”, Génesis 11:7.
Ese capítulo del Génesis, es después del diluvio que mataría a todos los habitantes de la tierra porque los dioses (el mismo libro de Génesis dice en plural: Dioses) se habían arrepentido de haber creado al hombre, ya que habían sido creados “a imagen y semejanza de los dioses”, situación que les permitía tener relaciones sexuales y procrear entre ellos.
“Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años”, Génesis 6, 1:3.
Versículos más adelante y tras mencionar que habitaban gigantes sobre la faz de la tierra (hay referencias de que los Anunnaki medían entre 4 a 5 metros), Dios manda a construir el arca a Noé, porque destruiría a estos seres que no obedecían a Dios.
“Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra”, Génesis 6:13.
Luego del diluvio, viene el capítulo bíblico conocido como “La torre de Babel“, cuyo reino se expandía “en la tierra de Sinar” (Génesis 10:10), la misma región que después fue Sumeria y luego Mesopotamia para dar lugar a lo que ahora conocemos como Irak, donde recientemente miembros del Estado Islámico destruyeron museos y arrasaron con vestigios de la ciudad.
En el capítulo 11 de “La torre de Babel”, se puede leer lo siguiente:
“Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.
Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se estabecieron allí.
Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.
Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra”. Génesis 11, 1:9.
Este es un pasaje bíblico atribuido al cristianismo, pero recordemos que la transmisión de la herencia religiosa hasta llegar a los cristianos empezó en Sumeria y se fue trasladando de civilización en civilización donde hay rasgos comunes además de las pirámides.
- Politeísmo: Todas las antiguas civilizaciones creían en varios dioses zoomorfos (con apariencia animal).
- Dioses voladores: Todas las antiguas civilizaciones e incluso las de ahora, creen que sus dioses están en el cielo y que vuelan. Desde el Quetzal de los mayas, hasta los Ángeles del cristianismo.
- Astronomía y astrología: No hay una sola civilización que no conociera los conceptos básicos de astronomía y astrología. El universo era una parte importante para ellos y aún con las tecnologías de ahora, está científicamente comprobado que los mayas tenían el calendario más exacto de todos, incluso mejor que el que usamos actualmente.
- Números y el cero: Al igual que la astronomía y la astrología, los números eran los mismos, aunque ejemplificados de diferente forma, el cero tenía la misma denominación y le sucedían los demás números ordinales.
- Sacrificios: Nuevamente es necesario tomar la Biblia para leer la innumerable cantidad de sacrificios humanos y animales que se practicaban antes, algo común entre todas las civilizaciones del mundo.
Y la cantidad de similitudes puede seguirse dando, para profundizar en este tema hay dos grandes autores que amplían este campo tan inmenso, entre ellos están Zecharia Sitchin y Samuel Noah Kramer, ellos dos mantienen un contraste entre los descubrimientos de los sumerios y los Anunnaki lo que hace una valiosa lectura para tener las dos versiones de la historia.