Domingo por la tarde, cielo nublado y la calle desolada, vacía, muerta. Pero basta con asomarse a algún comercial o restaurante, se siente como si los locales hubieran absorbido a las personas, vestidas de blanco, rojo y azul. Claro… son camisolas del Real Madrid y el Barcelona, equipos que están a minutos de pisar el Estadio Nou Camp para entretener a millones de personas en la rivalidad más famosa del mundo.
Cae el gol de Jérémy Mathieu, un cabezazo descomunal que dejó inamovibles a los defensas merengues. De inmediato los seguidores del Barcelona gritan eufóricos la anotación a escasos minutos de haber iniciado el partido, algunos se abrazan sin siquiera conocerse, otros emulan las celebraciones más famosas del mundo futbolístico, puño encerrado y levantado en son de victoria.
Todos los azulgranas se sienten optimistas, los del equipo rival solo ven decepcionados el rendimiento de su equipo favorito.
Bajo el efecto BIRG
Basking In Reflected Glory (BIRG) o la “Complacencia en la gloria reflejada“, es el efecto que seduce a las personas a este tipo de comportamiento. El éxito ajeno se convierte en una realización propia, el individuo no tiene que estar involucrado con la acción que procura el éxito.
El fanatismo radical produce sesgo endogrupal, se llega a sobreestimar las cualidades del grupo al que pertenece el individuo. Este sesgo procura que la mayoría de discusiones deportivas, religiosas y políticas, se tornen en ofensas verbales e incluso físicas, porque no pueden observar con objetividad las cualidades de la “competencia”.
En el minuto 30 acarreaba la pelota el Real Madrid, de repente la habilidad de Karim Benzemá dejó boquiabiertos a los culés y merengues por igual, zapatazo de Cristiano Ronaldo y gol. Los aficionados del Barcelona se llevaron las manos a la cara, mientras los madridistas se vengaban de los gritos del adversario que les habían proferido minutos atrás.
“Fue mejor gol que el de Mathieu”, “¿Vieron el pase de Benzemá?”, se oía de las bocas de aficionados blancos mientras ven en la pantalla cómo Cristiano Ronaldo manda a calmar al estadio rival haciendo un gesto con su palma derecha agitándola hacia arriba y abajo. El balón se reanudó en el medio campo con las pizarras igualadas.
Pero las BIRG no son exclusivas del deporte, pasa en cualquier grupo donde existen divisiones. La eterna dicotomía entre mujeres y hombres, en la que cada género ve diferente apreciación de sus virtudes por que son reflejos de conductas de otras, que regularmente llegan estereotipadas al cerebro. Las BIRG crean al sujeto subjetivo y falaz.
Investigación
Este es un tema de estudio que se desarrolla en la Universidad Carlos III de Madrid, donde se analiza desde la perspectiva histórica la rivalidad entre el Real Madrid y el Barcelona. Buscan descifrar el origen de las desavenencias, los enfrentamientos, su influencia política y social.
Este efecto está conectado con la teoría de la identidad social. Puede ayudar al autoestima y mejorar las relaciones mediante la identificación con el éxito de otra persona. La identidad social es un concepto derivado de la pertenencia de los grupos sociales.
A través de esta investigación se pretende ser capaz de medir los impactos de las relaciones sociales donde existen BIRG, las cuales serían muy útiles para la ciencia y por supuesto, para el mercadeo y la publicidad.
Luis Suárez recibe un pase largo a espaldas de los defensas del Madrid, corre hacia Iker Casillas, le quiebra el balón con la pierna derecha y las redes se estremecen con el grito al unísono de una masiva afición en el estadio.
Afuera del recinto Gareth Bale del Real Madrid es increpado por aficionados enojados por el desempeño del equipo, pero Barcelona ya se vuelve tendencia en las redes sociales; los aficionados azulgranas están que no paran de celebrar la victoria de su equipo; ya habrá tiempo para regresar las burlas sumido en una BIRG, madridista.