Son bien sabidas las temibles adicciones a las drogas de la viuda de Kurt Cobain, Courtney Love, quién aún estando embarazada de su hija Frances Bean Cobain, seguía consumiendo cantidades desorbitantes de heroína, situación que ponía en riesgo la vida de ambas.
Tal fue el caso, que su hija nació con síndrome de abstinencia y tuvo que ser internada en el hospital para que su organismo eliminara las drogas que su madre le había heredado.
Frances presentó en el 2009 una orden de restricción contra su madre, porque habría matado a sus dos mascotas: un perro y un gato.
Courtney le quitó a sus mascotas en un acto imprudente, al gato de nombre Peabody, lo mandó hacia un destino trágico, se lo dio de comida a un puma.
Antes de esto la imprudencia de Courtney había hecho que su perro se muriera de sobredosis, luego de tragarse todas las pastillas de éxtasis creyendo que eran golosinas.
Esta situación ponía en riesgo también a la pequeña Frances, quien pudo haber caído en la misma trampa, ya que su madre solía desperdigar todas sus drogas por la casa.