En el St. Joseph’s Hospital Health Center de la ciudad de Nueva York, despertó (luego de haber sido declarada oficialmente “muerta” por los médicos del nosocomio) la mujer Colleen Burns de 41 años de edad.
Ella fue declarada con “muerte cerebral” y como era donadora de órganos, el personal del hospital la preparó y la llevó al quirófano en donde se disponían a removerle los mismos. Segundos antes de iniciar la operación Colleen despierta abruptamente y para sorpresa de todos, continuaba con vida.
Según refieren los médicos que tomaron el caso luego del incidente, Colleen tuvo una sobredosis de Xanax, Benadril y un relajante muscular, lo cual la colocó en un coma profundo. El personal del hospital la declaró con “muerte cerebral” por error y dieron la noticia a la familia quienes ante esta situación otorgaron permiso para “desconectarla” del respirador artificial y proceder a la donación de órganos.
Luego del penoso incidente, fue llevada de nuevo a la unidad de cuidados intensivos en donde continuó con su soporte vital y cuidados médicos. Increíblemente, dos semanas después fue dada de alta y regresó a casa con su esposo y sus tres hijos.
El Departamento de Salud de Nueva York ha colocado una multa que asciende a $22,000 al hospital por el terrible error que cometieron.