Las siete maravillas del mundo antiguo, fue el nombre en conjunto que se les dio a las construcciones más notables en la época antes de Cristo. Edificaciones tan altas como majestuosas que sin duda dejan sorprendido a cualquiera.
Eran un conjunto de obras arquitectónicas que los helenos, especialmente los del período helenístico, consideraban dignas de ser visitadas, por ser para ellos insignes monumentos de la creación y el ingenio humano. El hecho de que cinco de las siete maravillas del mundo pertenezcan al entorno helenístico indica claramente el carácter egocéntrico de la lista.
Hoy en día, sólo una permanece en pie para ser visitada, La Gran Pirámide, aunque existen intenciones presentes y pasadas de reconstruir algunas de las otras. La lista clásica se basa en un breve poema de Antípatro de Sidón hacia 125 a. C., en el cual el poeta alaba las “Siete maravillas del mundo”. Esta lista originalmente mencionaba la Puerta de Istar en las murallas de Babilonia en vez del faro de Alejandría pero relatos posteriores efectúan dicho reemplazo.
Todas son construcciones humanas y que los griegos pudieran admirar. No se recoge ninguna maravilla natural ni alguna ruina, por majestuosa que ésta fuera.
La Gran Pirámide de Guiza (Egipto)
La más antigua de todas (terminada alrededor del año 2570 a.C.) y la única que aún se encuentra de pie. además de ser la mayor de las pirámides de Egipto. Fue ordenada para construir por el faraón de la cuarta dinastía del Antiguo Egipto, Keops. El arquitecto de dicha obra fue Hemiunu. Construida con unos 2.300.000 bloques de piedra, cuyo peso medio es de dos toneladas y media por bloque, aunque algunos de ellos llegan a pesar hasta sesenta toneladas. Originalmente estaba recubierta por unos 27.000 bloques de piedra caliza blanca, pulidos, de varias toneladas cada uno. Mantuvo este aspecto hasta principios del siglo XIV, cuando un terremoto desprendió parte del revestimiento calizo. Hoy sigue siendo uno de los atractivos turísticos más visitados en el mundo.
Jardines Colgantes de Babilonia (Iraq)
Construidos en 605 a. C. – 562 a. C. Ubicados en la ciudad de Babilonia, actual Iraq. Perduraron hasta el año 126 a. C. cuando la ciudad fue destruida definitivamente por los partos. Estos jardines mandados a construir durante el reinado de Nabucodonosor II, rey de los caldeos, que quiso hacer a su esposa Amytis, hija del rey de los medos, un regalo que demostrara su amor por ella y le recordara las hermosas montañas de su florida tierra, tan diferentes de las grandes llanuras de Babilonia.
Los Jardines Colgantes de Babilonia no “colgaban” realmente en el sentido de estar suspendidos por cables o cuerdas. El nombre proviene de una traducción incorrecta de la palabra griega kremastos o del término en latín pensilis, que significa no justamente “colgar” pero si “sobresalir”, como en el caso de una terraza o de un balcón.
El Templo de Artemisa (Turquía)
Fue un templo ubicado en la ciudad de Éfeso, Turquía, dedicado a la diosa Artemisa, denominada Diana por los romanos. Su construcción fue comenzada por el rey Creso de Lidia y duró unos 120 años. De grandes dimensiones y hermosa arquitectura, el templo estaba compuesto por numerosos edificios, que los arqueólogos denominaron con letras sucesivas. El edificio más antiguo e importante era el “D”. El Templo de Artemisa que fue destruido por un incendio en el año 356 a. C.
La Estatua de Zeus (Grecia)
Fue una escultura crisoelefantina elaborada por el famoso escultor clásico Fidias sobre el 436 a. C., en lo que actualmente se conoce como Olimpia, Grecia. La estatua ocupaba la totalidad del ancho del pasillo del templo construido para albergarla. De acuerdo con una fuente contemporánea, medía aproximadamente doce metros de alto. Zeus fue esculpido en marfil (o modelado, pues en la realización el marfil se remojaba en un líquido que lo hacía más maleable), y los detalles dorados eran de oro macizo.
Aparecía sentado en un trono con el torso desnudo y el manto en torno a las piernas, llevaba la cabeza coronada de olivo y la mirada, dirigida hacia abajo, le confería aspecto paternal. En la mano derecha sostenía una Niké y en la izquierda el cetro rematado por un águila; el manto estaba adornado de lirios y las sandalias eran de oro. El trono era en sí mismo una obra de arte, hecho a base de marfil, ébano, oro y piedras preciosas; el respaldo, los brazos, los pies y los travesaños entre ellas iban labrados y decorados con relieves posteriormente copiados y reproducidos por separado.
El Sepulcro de Mausolo (Turquía)
La estructura fue diseñada por el arquitecto griego Sátiro de Paros y Piteo. El mausoleo medía aproximadamente 45 metros de altura, y cada una de las cuatro plantas era adornada con relieves esculturales creados por cada uno de los escultores griegos (Leocares, Briaxis, Escopas de Paros y Timoteo). La estructura del mausoleo fue considerada un gran triunfo estético de su época.
El Coloso de Rodas (Grecia)
Era una gran estatua del dios griego Helios, realizada por el escultor Cares de Lindos en la isla de Rodas, Grecia en el año 292 a. C. y destruida por un terremoto en el año 226 a. C. Todo lo que se conoce sobre esta estatua se debe a las noticias que dejaron los escritores antiguos Plinio el Viejo, Polibio y Estrabón, y a las crónicas bizantinas de Constantino VII.
La estatua (hecha con placas de bronce sobre un armazón de hierro) representaba al dios griego del sol. Según Plinio el Viejo, medía unos 32 m y su base, de mármol blanco, medía unos 40 codos (15 metros).
El Faro de Alejandría (Egipto)
Fue una torre construida en el siglo III a. C. (entre los años 285 y 247 a. C.) en la isla de Faro en Alejandría, Egipto, para servir como punto de referencia del puerto y como faro. Con una altura estimada entre 115 y 150 metros (383 – 450 pies) fue una de las estructuras hechas por el hombre más altas durante muchos siglos. Se vio derribado por los efectos de un terremoto a principios del siglo XIV.
Construido por el arquitecto Sóstrato de Cnido por orden de Ptolomeo I en la isla de Faro (Pharos), consistía en una gran torre sobre la que una hoguera nocturna marcaba la posición de la ciudad a los navegantes, dado que la costa en la zona del delta del Nilo es muy llana y se carecía, por tanto, de cualquier referencia para el tránsito marítimo. En su elaboración se utilizaron grandes bloques de vidrio que fueron situados en los cimientos para evitar la erosión y aumentar la resistencia contra la fuerza del mar. El edificio, erigido sobre una plataforma de base cuadrada, era de forma octogonal y estaba construido con bloques de mármol ensamblados con plomo fundido. En la parte más alta un gran espejo metálico reflejaba la luz del sol durante el día, y por la noche proyectaba la luminosidad de una gran hoguera a una distancia de hasta cincuenta kilómetros.