Un nuevo estudio revela que la muerte de los organismos, incluidos los humanos, se extiende como una onda, de célula en célula, hasta que toda la persona está muerta. En ciertos casos, los científicos pueden ser capaces de detener el proceso bioquímico que lleva esta onda de muerte, “reactivando” a la persona.
Los investigadores centraron su análisis en los gusanos, que sorprendentemente poseen mecanismos que son similares a los que son activos en los mamíferos. Una característica notable de los gusanos es que, a medida que mueren, la propagación de la muerte a través de sus cuerpos puede fácilmente ser vista bajo ampliación. Es una luz azul fluorescente causada por la necrosis celular. Esto, a su vez, también depende del sistema de señalización del calcio.
La muerte de células individuales desencadena una reacción química que conduce a la ruptura de los componentes celulares y una acumulación de escombros moleculares. Si esto continúa sin control, el individuo termina por fallecer.
Si el estudio de los gusanos es una premisa, los investigadores podrían ser capaces de detener la propagación del sistema de señalización bioquímica del calcio y de la muerte en otras circunstancias que no estén relacionadas con el envejecimiento.
David Gems, del Instituto de Salud en la Vejez en la Universidad de Londres, quien dirigió el estudio, dijo que “los resultados ponen en duda la teoría de que el envejecimiento es simplemente una consecuencia de la acumulación de daños moleculares. Tenemos que centrarnos en los eventos biológicos que ocurren durante el envejecimiento y la muerte para entender adecuadamente cómo podríamos ser capaces de interrumpirlos”.