Si hiciéramos un viaje al centro de la Tierra, necesitaríamos adentrarnos más de 3 mil kilómetros por debajo de nuestros pies. El centro del núcleo está a unos 6 mil km de profundidad.
Lo más cerca que hemos estado del centro de la Tierra es a 12.3 km en el Pozo Superprofundo de Kola en Rusia. Adentrarse más representa un gran peligro, sin embargo conocemos algo sobre el núcleo, el cual para empezar a entenderlo, es necesario centrarse en la masa.
La cadena montañosa no pesa gran cosa. La masa del planeta se estima observando el efecto de gravedad sobre nosotros, y la masa de la Tierra es de 5.9 sextillones de toneladas.
La mayor parte de la masa de la Tierra está localizada en el centro de nuestro planeta, el siguiente paso es conocer qué materiales hay en el núcleo y se cree que el 80 por ciento es hierro, dada la evidencia de que abunda en el universo, siendo uno de los 10 elementos más comunes en la galaxia.
La teoría es que cuando se formó la tierra, el hierro se fue al núcleo, donde está la masa y donde debe estar la mayoría de este material.
El hierro gravitó hacia el centro de la Tierra según explican estudios recientes, muy gradualmente a lo largo de millones de años, se fue metiendo a presión hasta alcanzar el núcleo.
Ahora la pregunta es ¿cómo sabemos dónde comienza el núcleo?, esto es gracias a los terremotos y a la sismología.
En un terremoto se envían las ondas sísmicas a todo el planeta, entonces los sismólogos registran estas vibraciones.
Un ejemplo de ello es el terremoto de Chile en los años 60, el cual generó mucha información. Todas las estaciones sísmicas del mundo registraron la llegada de temblores por ese sismo.
Las vibraciones toman una ruta que pasa por diferentes zonas de la Tierra y eso afecta cómo se escucha del otro lado. En los inicios de esta práctica, los investigadores se dieron cuenta que algunas vibraciones se perdían, se esperaba que las ondas secundarias aparecieran del otro lado de la Tierra pero nunca llegaban.
Las ondas secundarias solo pueden reverberar a través de material sólido, no líquido. Entonces la respuesta fue que se había topado con algo derretido en el centro de la Tierra y al mapear el recorrido se dieron cuenta que las rocas se volvían líquidas a 3 mil kilómetros de profundidad.
Las ondas primarias se descubrieron en los años 30, cuando la sismóloga danesa Inge Lehmann notó otro tipo de ondas que viajan a través del centro de la Tierra y que pueden detectarse del otro lado, esto es porque el núcleo está dividido en dos capas, la interna que empieza a 5 mil km de profundidad y la sólida, los la externa es líquida.
Las bombas nucleares también dan información sobre la estructura de adentro de la Tierra.
En cuanto a la temperatura interna, se han recreado las condiciones del centro de la Tierra en un laboratorio para calcular el ambiente y se ha determinado que puede ser de unos 6,000 °C.
Esto es porque el centro retuvo el calor durante la formación del planeta y también recibe calor de la fricción de los materiales densos y de la descomposición de elementos radioactivos. Cada mil millones de años se enfría 100°C.
También podría haber en el centro de la Tierra materiales como el níquel, silicio o azufre.
El núcleo de la Tierra líquido crea un campo magnético que nos protege de los rayos solares dañinos, un fenómeno que no percibimos pero que es sumamente importante para que podamos vivir.