Un tema que siempre me ha interesado es el debate que existe respecto al rostro de Jesús, por un lado la iglesia dice tener evidencias que dan luces a la apariencia física de Jesucristo, entonces convenientemente utilizan la ciencia para comprobar que es cierto, sin duda es un tema que se lo dejaremos muy intuido a la fe.
El rostro de Jesús: Una figura artística
Cuando John Lennon dijo: “Somos más famosos que Jesús”, no hablaba de broma, pero todo mundo lo malinterpretó. El rostro de Jesús es una de las figuras artísticas más reproducidas en el mundo, principalmente en el arte occidental. Todos conocemos cómo pudo haber sido Jesús, aunque en diferentes versiones.
El modelo común es: Cabellera larga, barba y una túnica larga con mangas largas que seguidamente es blanca con un manto regularmente azul.
Pero no era así…
Esa imagen popular viene de la época bizantina en el siglo IV, donde representar el rostro de Jesús era simbólico.
Era la imagen de un emperador entronizado, como se ve en el mosaico del altar de la iglesia de Santa Pudenziana en Roma, como se ilustra en la imagen a continuación:
La anterior ilustración muestra cómo los bizantinos representaban a Jesús inspirados en una túnica dorada y sentado en un trono, al estilo de Zeus, igual que como se presenta a Jesús en las ilustraciones, donde aparece como gobernante del mundo y es muy similar a la apariencia del dios griego, con cabello largo, barba y túnica resplandeciente.
Entonces la civilización bizantina esperaba demostrar el reinado de su Cristo como un rey del universo, por eso lo representaron como Zeus.
Entonces ¿cómo era el rostro de Jesús?
Richard Neave, un antropólogo que en 2001 creó un modelo del hombre galileo para el documental de la BBC “Hijo de Dios“, se basó en una calavera encontrada en la región.
Nunca dijo que esa fuera la cara de Jesús, pero tenía la intención de hacer que la gente considerara que un hombre de su tiempo y lugar, podría parecerse al “salvador”.
Entonces se recreó una imagen con modelamiento de huesos antiguos y se cree que la imagen más cercana de cómo lucía el rostro de Jesús, se encuentra en la representación de Moisés, en los muros de la sinagoga de Dura Europos del siglo III.
Entonces se dio lugar a una aproximación del rostro de Jesús, tal y como se muestra en la siguiente imagen.