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Experimenta la eyaculación femenina

La eyaculación femenina es un campo novedoso relativamente y está sujeto a un sinfín de especulaciones respecto al fenómeno, mayormente por la extendida difusión en la pornografía.

Mujeres: Eyacular no es un mito

La eyaculación en las mujeres no es un mito, es alcanzable y controlable a través de la práctica.

El líquido es expulsado por la uretra, el mismo lugar donde sale la orina, no desde el “punto G” como suele pensarse. Aunque no está relacionado fuertemente con la orina, produce la sensación de querer orinar.

Para eyacular es importante la estimulación de zonas erógenas, donde el “punto G” juega un papel importante. Tiene que comenzarse con juegos previos, sexo oral, excitación del clítoris, acariciar pechos y otros lugares conocidos en la intimidad de la pareja.

Puede probarse insertar dos dedos con la palma hacia arriba y si se es bueno, se puede lamer el clítoris al mismo tiempo. Dentro de la vagina, aproximadamente a dos pulgadas hacía arriba, se sentirá una parte esponjosa y redonda que es el “punto G“.

Luego hay que mover los dos dedos con un movimiento insinuante, haciendo una ligera presión hacia arriba y para apoyar la presión hacia abajo, se puede usar la otra mano para apoyar la zona entre la naval y el monte de Venus.

Cómo eyacular una mujer

Este es el área del punto G, donde puede producirse la excitación adecuada para lograr hacer a una mujer eyacular.

Rechazo y prejuicios

Eyacular en las mujeres no supone una práctica antihigiénica, pero si debe controlarse el entorno si no se tiene suficiente experiencia.

Las mujeres pueden sentir temor de orinar, principal causa de negación por parte de ellas. Aunque sí suele confundirse esta sensación las primeras veces, es importante que ellas mismas sean las que exploran el autocontrol con masturbación, para ello deben estar de acuerdo las personas involucradas en la eyaculación femenina.

Eyaculación femenina y la orina

El equipo de investigadores del hospital Parly II de Le Chesnay en Francia, realizaron un estudio sobre el orgasmo y la orina que tanta confusión crea.

El experimento se realizó con un grupo de siete mujeres capaces de hacer squirting por su propia voluntad. Entregaron una muestra de orina y después una máquina de ultrasonidos confirmó que la vejiga estaba vacía. Luego se pidió a las mujeres que se masturbaran en el laboratorio hasta alcanzar el orgasmo. Antes del orgasmo se realizó una nueva ecografía y luego otras tras el clímax.

Se reveló que a pesar de haber orinado, las vejigas se habían llenado por completo, lo que explicaría la sensación común de todas las mujeres de necesitar ir al baño luego de una relación sexual. Pero en el último ultrasonido, las vejigas aparecieron completamente vacías.

Se demostró en los análisis que el líquido expulsado al eyacular contenía varios químicos que se encuentran en la orina y el antígeno prostático específico.