Esto fue un experimento de Marina Abramovic, le dijo a los espectadores que no se iba a mover durante seis horas, sin importar lo que le hicieran. En una mesa cerca, puso 72 objetos que se podían usar de manera destructiva o placentera, desde flores, plumas hasta cuchillos y una pistola cargada. Entonces le dijo a los espectadores a que usen los objetos como ellos quisieran.
Al principio, los espectadores fueron pacíficos y tímidos, pero escalaron a la violencia rápidamente. En sus palabras: “La experiencia que aprendí fue que… si se deja la decisión al publico, te pueden matar… Me sentí realmente violada: me cortaron la ropa, me pegaron rosas al estomago, una persona me apunto con el arma en la cabeza y otra se la quito. Se creó una atmósfera agresiva. Después de exactamente 6 horas, como estaba planeado, me puse de pie y empecé a caminar hacia el público. Todo el mundo salió corriendo, escapando de una confrontación real.
Esta obra revela algo terrible de la humanidad, similar a lo que los experimentos de Philip Zimbardo en la cárcel de Stanford (Película “El Experimento”) o el de obediencia de Stanley Milgram (“Los peligros de la obediencia”), los cuales también demostraron con que facilidad la gente puede dañarse entre sí, bajo circunstancias inusuales.
Esta performance muestra lo fácil que es deshumanizar a una persona que no se defiende, y es particularmente fuerte porque desafía directamente lo que pensamos sobre nosotros mismos. Estoy seguro que nadie leyendo esto cree que la gente que lo rodea es capaz de hacer tales cosas a otro ser humano, pero este experimento, demostró lo contrario.
| Visto en G+ por Elizabeth Reynosa |