Rosalind Franklin fue calificada como “alarmantemente inteligente”, fue la creadora de la “Fotografía 51“, un invento que marcó un antes y después en el análisis de la estructura de la vida.
Franklin usó la difracción de rayos X para obtener la estructura de doble hélice del ADN, que era detectable a simple vista por las bandas dispuestas en cruz. Esa X para los expertos, era reveladora de la estructura en escalera de caracol de la macromolécula de la herencia.
La creadora estaba fascinada por la vida diminuta y fue después de la Segunda Guerra Mundial que empezó a interesarse por las técnicas de difracción de rayos X y adquirió una asombrosa experiencia aplicándolas a sustancias amorfas.
Su creación le permitió al director del laboratorio del King’s College de Londres, estudiar con la nueva técnica la estructura del ADN, en el cual su compañero de trabajo Maurice Wilkins no había conseguido resultados. En este lapso Frankling consiguió la foto.
Sin consultarlo con Rosalind, Wilkins le enseñó esa imagen al biólogo James Watson, que laboraba con Francis Crick en la materia. Así construyeron un modelo en tres dimensiones del ADN que habían construido. Con esta evidencia publicaron el descubrimiento en la revista Nature y más tarde recibían en 1962 el Premio Nobel de Medicina junto con Wilkins.
Un cáncer de ovarios por las repetidas exposiciones a la radiación terminó matando a Rosalind en 1958, impidió que disfrutase los reconocimientos que merecía por su descubrimiento. Watson (no hay otra forma de decirlo) se desvivió por no darle el reconocimiento a la científica, desmentía que ella hubiera participado, a tal grado que desfiguró su imagen en el libro “La doble hélice“.
A pesar de todo hoy en día sus aportes a la ciencia son trascendentales y la biología se lo agradece. Hizo también investigaciones sobre el virus del mosaico del tabaco en el Birbeck College junto al físico Bernal. Un estudio relevante que ayudó en la agricultura.