Jeffry Dahmer “El carnicero de Milwaukee”, un asesino en serie que marcó la historia de Estados Unidos, engañaba a sus víctimas, siento todos homosexuales, solamente para matarlos y violarlos. Esto gracias a la serie que Netflix, estreno el 21 de septiembre de 2022.
Historia de Dahmer, su infancia y su casa
Su nombre completo era Jeffrey Lionel Dahmer nació el 21 de mayo de 1960 en el estado de Milwaukee, fue criado en una familia de clase media. Era caracterizado por ser muy enérgico y extrovertido, incluso alguien a quien le encantaban los animales.
Le obsequiaron un perro al que quería demasiado, pero ello no frenó su proceso de aislamiento del mundo. Su padre le animaba a relacionarse con otros niños, ya que temía que el pequeño Jeffrey pudiera desarrollar cierto complejo de inferioridad.
Al pasar de los años, el matrimonio de sus padres comenzó poco a poco a desmoronarse. No era extraño verlos discutir. Cuando esto ocurría en su etapa de adolescencia, Dahmer se iba de casa y se perdía por el bosque.
Nunca perdió la pasión por los animales, aunque lo que más le interesaba era el cómo eran por dentro.
Esto lo llevó a aficionarse a buscar animales muertos que la mayor parte los encontraba atropellados en la carretera; los metía en una bolsa de basura y luego se los llevaba al patio trasero de su granja, donde los diseccionaba y deshuesaba.
Afición por el sexo violento
En la etapa en donde iniciaba a experimentar su sexualidad, Jeffry Dahmer “El carnicero de Milwaukee” establecía una asociación entre violencia y sexo que marcaron su conducta y sus acciones posteriores. Sentía atracción por los hombres, aunque su familia se percató de esto tiempo después, pero él fantaseaba que se acostaba con ellos y luego los asesinaba.
Este tipo de pensamientos obsesivos, era lo único que lograban que él tuviera una excitación sexual. Dahmer estaba atormentado por sus fantasías tan recurrentes de sexo y muerte, de igual forma, se refugiaba en la bebida para escapar de las constantes peleas de sus padres.
En su campus de estudio, fue un alumno educado con los profesores y divertido con sus compañeros, por lo que se ganó la fama del gracioso de la clase, tenía buenas calificaciones.
En los últimos años de estudio, se fue despreocupando de sus estudios y perdió el interés por continuar con las relaciones sociales, tomando en cuenta que estas fueron tan claves durante una época tan inestable como la adolescencia.
Asesinatos y crímenes
Dahmer termina sus estudios secundarios y es acá donde el terror comienza, ya que inicia a cometer sus crímenes atroces, conociendolo como Jeffry Dahmer “El carnicero de Milwaukee”
Primer asesinato
Cuando se graduó del instituto, sus padres se divorciaron al poco tiempo, su padre Lionel Dahmer alquiló una habitación en un motel cercano y la madre se fue a Wisconsin con su hijo menor, dejando a Jeffry solo en casa.
Fue en el verano de 1978, cometió el primer asesinato. Volvía a casa en su coche tras tomar unas cervezas en un bar, en el camino se encuentra a Steven Hicks.
Dahmer le invitó a su casa a beber cerveza y a fumar marihuana, Hicks dijo que tenía que irse, en un arrebato, Dahmer le golpeó en la cabeza con una mancuerna y luego lo estranguló con ella.
Bajó el cadáver al sótano, por la mañana, compró un cuchillo de caza, le abrió el vientre y se masturbó sobre las vísceras.
Luego despedazó el cuerpo, lo metió en bolsas de basura y las cargó en su coche. Iba de camino al basurero cercano, fue interceptado por una patrulla de policía.
Dahmer el hombre con suerte
A pesar de lo que había hecho, la suerte lo acompañaba, ya que los policías no inspeccionaron el contenido de las bolsas y solo le colocan una infracción por exceso de velocidad.
Muy asustado, vuelve a casa y mete las bolsas en una gran tubería de desagüe que había en el sótano, tomando los huesos y triturándolos con un gran mazo, esparciendo los restos por la maleza que rodeaba la casa. Las pulseras y el reloj que llevaba la víctima las arrojo al río.
Su padre quería que su vida tuviera un propósito, inscribiéndolo a la universidad, la cual abandonó tras suspender todas sus asignaturas; también su padre lo alistó en el ejército, de donde también fue expulsado.
Cuando regresa a su ciudad, se va a vivir con su abuela, durante un tiempo decidió dejar la bebida alcohólica y parecía que puso fin a sus impulsos sexuales.
Hasta que una tarde, mientas estaba en la biblioteca, se le acercó un joven que le dejó una nota en la que le ofrecía favores sexuales en el sanitario. Este momento fue brutal, ya que hizo despertar su apetito voraz por querer someter a otros hombres a su voluntad.
Estaba consciente que esto no era correcto, robó un maniquí de una tienda, que utilizaba para masturbarse. Pero esto no funcionaba para apagar sus deseos más oscuros.
Segundo asesinato:
Era la noche de 1986, Dahmer estaba en un bar gay, allí conoce a Steven Toumi, quienes deciden ir a un hotel a practicar sexo. Estando en la habitación, Dahmer le echó cuatro somníferos en la bebida para dejarlo inconsciente.
Dahmer siempre dijo no recordar lo que ocurrió, solo sabe que cuando despertó, encontró el cadáver de Toumi con la cabeza fuera de la cama, los brazos llenos de contusiones y varias costillas rotas.
Ante aquella escena, lo único que hizo, fue comprar una gran maleta con ruedas, volvió al hotel y metió el cuerpo en ella.
Fue en taxi hasta el sótano de casa de su abuela, y así poder descuartizarlo a gusto. El proceso fue casi idéntico al que realizó con su primera víctima, con la única diferencia que esta vez deshuesó el cadáver y conservó el cráneo como recuerdo.
Luego de este suceso, Jeffrey Dahmer se dio cuenta que no podía contra sus impulsos, por lo que vuelve a frecuentar los clubs en busca de hombres para conquistarlos y descuartizarlos.
Sus crímenes atroces
Según su declaración, indica que drogo y estranguló a James Doxtator (enero de 1988), escondió el cuerpo de su víctima durante una semana y cometió actos de necrofilia con él. Pero el proceso de descomposición se aceleró y el mal olor era evidente, lo descuartizó.
Jeffrey Dahmer supero sus sus límites, ya que los últimos experimentos con sus víctimas, los dejaba aún con vida, les practicaba trepanaciones craneales con un taladro y luego les inyectaba un ácido suave en el cerebro con ánimo de crear una especie de zombies a quienes poder controlar.
Ante el fracaso de sus experimentos, Jeff las remataba.
En un último intento por controlarlos, empezó a comerse los cuerpos, ya que confesó sentir que pasaban a ser una parte permanente de él. Aquello también le producía placer sexual. Poco a poco los restos de cadáveres se fueron amontonando en su apartamento, a pesar de los malos olores, los vecinos solo lo ignoraban.
Apartamento del horror
En julio de 1991 fue detenido, gracias a que Tracy Edwards, de treinta y un años, logro salir medio drogado y desnudo del piso de Dahmer, consiguiendo parar a una patrulla que pasaba por allí.
Cuando registraron el apartamento, descubrieron más de ochenta polaroids que mostraban cuerpos en diferentes momentos de descuartizamiento, una cabeza en el frigorífico y restos humanos en el congelador; además de un bidón de doscientos litros de capacidad lleno de ácido que el caníbal utilizaba para deshacer los restos humanos.
Sentencia de Dahmer
Jeffry Dahmer “El carnicero de Milwaukee” se declaró culpable a pesar de que su padre intento declarar que tenía problemas mentales, él se negó y continuo con el proceso.
Tomando en cuenta que el estado de Wisconsin no aplica la pena de muerte, si se le declaraba mentalmente sano, pasaría el resto de su vida en prisión; de lo contrario, lo haría en una institución para enfermos mentales.
La defensa sostuvo que Dahmer padecía necrofilia (un padecimiento que también sufría otro conocido asesino, Carl Tanzler), esto hacía legalmente no fuera responsable de sus actos y se suponía que por ello, debía ser recluido en un psiquiátrico.
Cuando fue el turno de la fiscalía, su argumento fue que el acusado había practicado sexo con las víctimas, estando estas vivas, aunque inconscientes (utilizando siempre preservativo, para más señas); además de que mantenía control sobre sus impulsos, puesto que cometía los crímenes únicamente donde se sentía lo suficientemente seguro.
Tras la deliberación de un jurado formado por gente no experta, se concluyó que, para ser diagnosticado como enfermo mental, Jeffrey Dahmer debía comportarse como tal todo el tiempo, incluyendo cuando mataba, que es precisamente cuando se consideró que se mantenía en sus cabales.
Finalmente, fue hallado culpable de quince asesinatos y condenado a quince cadenas perpetuas, un total de 937 años de cárcel.
Muerte de Dahmer
Se le envió a la prisión de Columbia (Wisconsin), donde volvió a la iglesia para expiar sus pecados. Encontró una explicación para lo que había ocurrido, y es que el mismísimo Diablo le había poseído.
Durante su corta estancia, fue visitado por la hermana de uno de los jóvenes muertos y concedió varias entrevistas a los medios para relatar su experiencia, en algunas de las cuales estaba presente su padre.
En noviembre de 1994 halló su final de forma violenta, cuando otro preso que también cumplía condena por asesinato lo abordó en el gimnasio de la cárcel y le golpeó con una barra de pesas hasta que lo mató.
Para algunos, fue la muerte que alguien como Dahmer merecía, pero para muchos otros, supuso la privación del derecho de los ciudadanos de tenerle purgando por lo que había hecho hasta el final de sus días.