La palabra Doppelgänger tiene su origen el folclore nórdico y germánico y su significado vendría a definir a una especie de doble de una persona viva. La cosa tiene su miga porque las leyendas y la literatura lo asocian a un ente fantasmagórico que aparece con dudosas intenciones, aunque también hace referencias a “gemelos malvados” e incluso al fenómeno de la bilocación. Hoy te traemos un ritual para que invoques a este “misterioso doble”.
Sea como fuere, que uno se encuentre con su Doppelgänger no suele ser una buena noticia ya que los más optimistas lo relacionan con mala suerte o problemas en general, y los más pesimistas, con una muerte inminente. En la literatura, posiblemente ya exagerando un poco el tema, se les apuntan atributos más propios de los vampiros como no reflejarse en los espejos y no proyectar sombra.
El texto a continuación es un reporte comunicado por el Departamento de parapsicología de Londres, y sigue así:
Objeto número 1282. 15/03/1996.
Encontrado en el sótano de la casa de Gallowsditch, Highgate Village, Londres.
El objeto es una caja que contiene distintos documentos y fragmentos de un espejo. La caja está hecha de madera de roble, mide 20 centímetros de largo y de ancho y está equipada con una cerradura de bronce que aparentemente ha sido forzada. En los cuatro lados y en la tapa están talladas las facciones de un rostro con una exactitud precisa. Los documentos en el interior se han deteriorado con el tiempo, pero la mayoría presenta daños por humedad. Una página de sumo interés, prácticamente intacta y la mejor preservada de todas, está señalada con la fecha “24 de septiembre de 1966″, y está titulada:
“Ritual del Doppelgänger IV: Invocación del doble, por Edmund Gray”.
«Aquí voy a transcribir la ceremonia secreta para la invocación de tu doble. Todos los procedimientos anteriores a éste deben ser descartados, puesto que ninguno condujo a resultados positivos. Aquí se detalla el ritual perfeccionado. He documentado esto para la posteridad, y aconsejo fervientemente no poner en práctica lo siguiente si careces de una mente sana, del conocimiento base adecuado y las herramientas para protegerte de las fuerzas maléficas que puedan manifestarse ante ti por algún error que hayas cometido.
Objetos requeridos:
— Un espejo grande que pueda pararse solo.
— Una hoja pequeña y afilada, como las hojas de afeitar.
— Velas.
— Gran cantidad de limadura de hierro.
— Una manta de tela negra grande.
— Un gramo de hongos psilocibios (opcional).
Es recomendable que este ritual sea realizado tarde por la noche para así tener una paz absoluta, libre de cualquier interrupción no deseada.
Coloca el espejo en la pared norte.
Sella el cuarto regando la limadura de hierro en una línea continúa alrededor de la habitación, asegurándote de incluir al espejo en este espacio protegido.
Come los hongos secos (sus efectos alucinógenos “rompen” las paredes de la realidad entre éste y otros planos ocultos de la existencia). Harán efecto en aproximadamente una hora y media.
Retira toda tu ropa y párate frente al espejo.
Coloca las velas a tu alrededor y enciéndelas.
Toma la hoja y hazte un corte profundo en un dedo. Cuando la sangre esté fluyendo, deja que caiga por todo el borde del espejo.
Ahora, quédate quieto y observa detenidamente tu reflejo; estudia cada centímetro de tu cuerpo, empezando primeramente por tus pies y ve subiendo poco a poco. Cuando hayas llegado a tu rostro, mírate a los ojos, y di:
“Espíritus del reino oculto, seres del mundo espejo, speculum speculorum, los invoco en este momento para que me asistan en mi búsqueda. Desde el mundo de la noche más allá de las fronteras de la realidad y el tiempo, ustedes, los antiguos, ayúdenme ahora y denme su bendición”.
Cierra tus ojos y en tu mente imagina al espejo como una puerta. Respira lentamente por tu nariz, aguanta la respiración por tres segundos y exhala por tu boca, contando hasta diez tras haberlo hecho. Camina a través del espejo en tu mente.
Encima, debajo y a tu alrededor no hay nada más que una oscuridad absoluta; estás suspendido en un vacío negro infinito. El aire está lleno de energía estática que impregna cada fibra de tu ser.
Ahora imagina una llama azul brillante materializándose en el centro de tu pecho; concéntrate en su resplandor, mírala volverse más y más brillante.
Aumentará su tamaño hasta que haya engullido todo tu cuerpo. Di, en tu mente:
“Yo soy un faro, yo te llamo. Yo soy un faro, yo te invoco. Yo soy la llave y te he abierto el camino. Sigue esta luz del espíritu y entra en este reino terrenal”.
Acto seguido, en tu mente, date la vuelta y mira la puerta espejo. Realiza el ejercicio de respiración nuevamente. Al terminar, abre tus ojos.
El siguiente paso requiere de tu total concentración.
Con todo tu ser impulsa a tu reflejo a moverse. Pregúntale en tu mente si puede mover una mano o parpadear, cualquier cosa, siempre y cuando le comuniques tus deseos a tu ser reflejado. Continúa por al menos treinta minutos, si te sientes fuerte y confiado continúa por una hora.
No esperes obtener resultados inmediatos, toma cierto tiempo dominar esto.
Si tienes éxito, podrás ver en un principio a tu reflejo temblar o contraer su rostro levemente, y si perseveras podrás ver movimientos más dramáticos.
Con esto finaliza el ritual.
Realiza esta ceremonia dos veces a la semana o tres. Al final de cada sesión cubre el espejo con la manta negra, apaga las velas y da gracias a los espíritus.
Cuando salgas del cuarto ten el cuidado de no romper el sello protector. Pon seguro a la puerta».
Revisando la propiedad hemos encontrado el cuarto descrito en la guía del ritual. Estaba localizado en el segundo piso y había sido aislado con dos pernos de bloqueo, ambos con candados pesados. Al remover estos descubrimos adentro un marco grande de madera que era un espejo, pero el vidrio había sido removido. En el suelo se encontraban algunos fragmentos pequeños. Casualmente dispersos estaban las páginas de lo que parecía ser un diario. Montamos estas en orden, y la última entrada proviene del 7 de octubre de 1966, y dice:
“¡Él esta aquí! ¡Él es yo! Me ha encerrado en este cuarto y ha tomado mi lugar. Al parecer, me estoy desvaneciendo. He cometido un terrible error y ahora estoy pagando el precio de mi arrogancia. No puedo alejarme del espejo. No tengo ningún reflejo. Mi piel está llena de cosas que no se ven, ¡me estoy volviendo loco! ¡El espejo está observando! Ese horror sobrenatural que es el infinito vacío negro se prolongo más allá de mi imaginación, de mis sueños e implacablemente me persigue en mis horas de vigilia. He tratado de romper el espejo, ¡por supuesto que sí!; pero alguna gran fuerza me detiene y no me permite ni tocarlo. Mi cuerpo no es mío, he cambiado pero soy el mismo, no puedo seguir con esto mucho más. ¡Estoy perdiendo toda mi cordura! ¡No mires el espejo!”.
Adjunto a esto hay una fotografía en blanco y negro de una cara borrosa, y en la parte posterior tiene escrito:
“yarG dnumdE se erbmon iM”.
En la inspección del marco se encontraron rastros de sangre, marcas de arañazos profundos y varias uñas rotas incrustadas en la madera.