Gedeón es un personaje de la Biblia que aparece en el capítulo 6 del Libro de los Jueces, ahí se narra que tiene una pequeña plática con alguien que dice ser Dios.
Pero Gedeón no es alguien fácil de convencer, así que decide hacer un pequeño experimento científico para comprobar que es Dios quien le está hablando o si es una ilusión de su mente, algo muy sensato para alguien de aquellos días y que demuestra que Dios no elegiría incautos.
Para comprobar que es Dios, Gedeón le pide a la voz que eche rocío a una piel de carnero, diciéndole: “Si verdaderamente vas a servirte de mí para salvar Israel, como has dicho, lo comprobaré tendiendo un vellón sobre la era; si el rocío empapa solamente el vellón y todo el suelo alrededor queda seco, sabré que te servirás de mí para salvar Israel, como me has prometido”.
Cuál fue la sorpresa de Gedeón que al siguiente día descubrió la piel mojada y al escurrirla llenó una taza de agua. No convencido siguió creyendo que aquella prueba podría ser una coincidencia o casualidad natural. Quizá dejando el vellón sobre la era toda la noche podía ocurrir algo así, sin que necesariamente hubiera manifestación divina.
No convencido Gedeón dijo de nuevo: “No te enojes contra mí si me atrevo a hablarte otra vez. Déjame, por favor, que haga una prueba con el vellón: que sólo el vellón permanezca seco y que el rocío empape todo el suelo alrededor.
Al siguiente día Gedeón descubrió que la petición que había hecho se cumplió y creyó así que era Dios quien le hablaba.
Gedeón es un investigador arcaico registrado en la Biblia, dudó incluso de sus percepciones individuales, pidió escrutinio ajeno y exigió la explicación de la concatenación de hechos que produce un fenómeno.